Entrevista a José Vitar

Entrevista a José Vitar

Hoy estamos viviendo una situación inédita, que es que estas minorías de privilegio, aprovechando errores del campo popular por un lado, y por el otro forzándolos con estrategias realmente perversas e inescrupulosas han llegado al gobierno a través de la vía electoral. Eso es un hecho inédito desde la instauración del voto universal en la Argentina de Hipólito Yrigoyen, y ha provocado una gran confusión, una crisis política, sobre todo en el movimiento popular, de la que no se termina de recuperar.

 

Entrevista a José Vitar, presidente del partido Frente Grande en la provincia de Tucumán.

 

Buena parte del arco político considera inconveniente hablar de cuestiones electorales ante la crítica situación socio-económica por la que estamos atravesando gran parte de los argentinos ¿Cuál es su postura qué importancia le asigna a la cuestión electoral en este contexto?

Me parece que son dos cosas distintas, ¿no? Dos niveles diferentes. Hay un discurso del gobierno de que cada vez que se le cuestionan aspectos de la política oficial dicen “están haciendo electoralismo”, “están metiendo lo electoral”, pero lo cierto es que vivimos en un sistema institucional que se basa en el voto popular, que cada dos años hay elecciones y que estas elecciones de 2017 van a funcionar como una suerte de plebiscito de la gestión del gobierno macrigatista. De manera que a mí no me parece que haya incompatibilidad, creo más bien que hay que combinar la lucha y la resistencia a las medidas de política económica, a las medidas sociales del gobierno y lo ideal sería que esa resistencia y esa lucha, como por ejemplo la que están llevando a cabo los docentes nacionales o los investigadores de CONICET ahora esté englobada en una estrategia política y de poder, pero me parece que ahí es donde estamos trancados.

 

Una pregunta que se desprende es ¿cuál es la relación entre quien es elegido y el mandato popular y sus consecuencias posteriores, respecto de lo que han prometido en campaña?

A mí me parece que hay que buscar formas de democracia lo más plebiscitarias y participativas posibles. Tanto Bolivia como Venezuela y Ecuador, son ejemplos muy claros de gobiernos populares escuchando referéndums o formas de participación popular que impliquen control de la gestión de sus representantes. Por ejemplo, Venezuela tiene ese sistema en cuanto a la constitución que promulgó Chávez, mediante el cual se puede pedir la remoción del presidente. Todo lo que signifique control popular sobre la gestión de sus representados me parece muy bien y hoy es un tema muy candente en la Argentina porque sabemos que Macri Gato subió al gobierno con una larga lista de ambiguas promesas electorales… “no va a haber pobreza”, “no van a perder nada de lo que tienen”, “es para mejorar”, etc. etc., y hoy vemos cómo esa esperanza popular es totalmente defraudada por el gobierno macrigatista, ¿no?

 

Se suele hacer la distinción entre ‘gobierno’ y ‘poder’. Habida cuenta de que no siempre gobernar implica detentar el poder, ¿deben las fuerzas del campo popular y sus organizaciones tener vocación de poder?, ¿la tienen en las actuales circunstancias?

Sí, la vocación de poder lleva al gobierno. La definición de “poder” en sí misma obviamente abarca un universo más complejo que el mero ejercicio del gobierno del Estado. Para decirlo en términos de los ’70, el poder tiene distintas patas, construirlo, significa construir poder político, poder económico y poder militar. Por ejemplo, las minorías oligárquicas en este país históricamente detentaron los poderes económico y militar a través de su manejo de las fuerzas armadas. En cambio los sectores populares detentaron el poder político, que les daba el hecho de que cada vez que había un proceso electoral en el país imponían opciones que defendían el mercado interno, una mejor distribución del ingreso, el desarrollo de la industria nacional y límites a la apropiación de la renta extraordinaria del suelo por parte de los sectores agroexportadores. Eso fue un clásico a lo largo de todo el siglo XX, de los gobiernos de cualquier signo electos por el voto popular lo cual provocaba la reacción de la minoría del poder propiciando golpes militares.

Hoy estamos viviendo una situación inédita, que es que estas minorías de privilegio, aprovechando errores del campo popular por un lado, y por el otro forzándolos con estrategias realmente perversas e inescrupulosas han llegado al gobierno a través de la vía electoral. Eso es un hecho inédito desde la instauración del voto universal en la Argentina de Hipólito Yrigoyen, y ha provocado una gran confusión, una crisis política, sobre todo en el movimiento popular, de la que no se termina de recuperar.

Por esa misma razón estas elecciones van a ser muy importantes porque estas minorías acostumbradas a aplicar políticas económicas antipopulares, sostenidas en la fuerza militar de la represión, hoy deben manejarse en un marco de respeto a las instituciones democráticas y eso les genera muchos problemas. Porque ahora ni siquiera es el engaño y la simulación del menemismo ya que éste asumió reivindicando los programas históricos del peronismo y una vez en el gobierno se dio vuelta aplicando políticas neoliberales. Sin embargo, la base populista que de alguna manera le marcaba el PJ le obligó a hacer concesiones y a dar mínimas respuestas que, en definitiva, a los grupos oligárquicos no les eran tan favorables, ¿no? O no les eran tan simpáticas. Macri Gato, en cambio, es realmente su creación. Es uno de ellos. No es un advenedizo que se da vuelta en el poder y dibuja una alianza con los grupos oligárquicos a los que no pertenece. Por eso éste es un momento verdaderamente complejo de la historia política argentina.

 

¿Qué lectura hace de los procesos de resistencia y movilización que se dan en el avance del llamado ‘neoliberalismo’ (también tardo capitalismo o tardo colonialismo financiero global) para imponer no sólo sus proyectos económicos sino su visión del mundo y de la existencia humana?

Bueno estamos asistiendo también a un momento extraordinariamente complejo en el orden mundial. La elección de Trump en EE.UU. es, como bien lo definió García Linera, un palazo a la cabeza a la globalización financiera neoliberal. Aquí a lo largo de los ’90, sobre los ’80 y ’90, lo que vimos fue una expansión del capitalismo financiero en el mundo imponiendo un esquema de globalización que relativizaba el poder de los estados nacionales, sobre todo de los más débiles. Hoy tenemos que la propia crisis de la dinámica del sistema capitalista mundial provoca estos personajes que se salen de libreto como el loco éste de Trump con una brutal lógica de imponer crudamente la hegemonía estadounidense y de decir “acá lo importante es que los ‘americanos’ coman y tengan trabajo”, mientras pisotea los derechos del resto del mundo. No sólo eso, sino que llega hasta el paroxismo de decir “acá lo que más trabajo genera es la industria bélica, entonces tenemos que inventar guerras y ganarlas, porque no puede ser que EE.UU. no gane guerras”. Esto genera una lógica de profunda irracionalidad que yo creo que alarma hasta al propio establishment estadounidense ¿no? Por algo Hilary Clinton era la candidata prolija del establishment, con su falso discurso progresista, igual que Obama, pero que tenía muy claros cuáles eran los intereses de su país adaptados a la realidad de la inserción de EE.UU. en el control del mundo aunque implicaba también la pérdida de conquistas de sus sectores sociales internos. Entonces, Trump encarna todo eso de manera muy irracional abriendo una etapa de profundo desconcierto en la que caen políticas de largo plazo como los tratados de libre comercio. En octubre estábamos preocupadísimos porque Obama había acordado con Macri Gato la incorporación de la Argentina al TTP, hoy vemos, hasta medio sorprendidos y divertidos, que el propio Trump entierra el TTP porque implica que se pierdan algunos empleos en EE.UU. Entonces es una etapa verdaderamente compleja, difícil, aunque me parece que todo eso va a estimular los movimientos de resistencia antiglobalización, va a estimular un reacomodamiento, yo diría de las fuerzas políticas y sociales que luchan por un mundo más justo, aunque esto suene a casi inocente o casi ingenuo, en un momento en el que arrecia la ofensiva de la derecha en América Latina y en el que vemos un proceso de ribetes sorprendentemente reaccionarios como el de Trump, en el principal país del mundo. Bueno, los imperios llegan un punto donde se tornan irracionales, y es el momento final de su caída, como el del Imperio Romano cuando se expandió de tal manera que se terminó debilitando.

 

¿Cuál es su relación con los medios de comunicación en general? ¿Qué piensa de las formas alternativas de comunicación como las redes sociales o una revista digital? ¿Qué lee, escucha y mira para informarse?

Bueno yo te hablo desde la situación de alguien que transita la sexta década de su vida, que está formado en otro mundo y en otra situación, sorprendido por el vertiginoso desarrollo de la tecnología y de la comunicación en los últimos veinte años. Si me preguntás cómo me informo yo, soy un desastre. A mí que no me falte el diario de papel a la hora del desayuno y bueno… me ha costado bastante acostumbrarme a leer información por Internet, por ejemplo. Me gusta escuchar radio y veo televisión cuando puedo pero no me resulta muy grato. Y leo mucho…. Ese soy yo. Pero me parece que hoy el tema de la información debiera ser un motivo de debate profundo. Yo veo que por ejemplo los jóvenes, las nuevas generaciones se informan de otra manera, las redes sociales tienen un papel decisivo. No ven muchos informativos por televisión, cosas que los más veteranos sí hacemos. Tampoco leen diarios escritos. Leen versiones digitales. Pero me parece que su forma principal de información son las redes, ¿no? Entonces ahí hay un contexto en el que es muy bueno que surjan medios alternativos de comunicación, porque otra característica de este tiempo es la gran concentración que existe en la propiedad de los medios hegemónicos. Y bueno, el correlato de Clarín en los EE.UU. es la cadena Fox, con un gran poder de manipulación de la opinión pública. Pero vos fijate que también es limitado ese manejo de la opinión pública porque por ejemplo la cadena Fox apostó a Hillary Clinton y perdió con Trump. Entonces, por más que no nos alegre ese resultado, no deja de ser un fenómeno digno de análisis, ¿no? O sea, los medios tradicionales, hegemónicos, manipulan la opinión pública pero cuando contradicen cierto “sentido común”, que se desarrolla espontáneamente en la sociedad, no les va bien. A ellos les va bien cuando “se montan”, sobre ese sentido común y lo distorsionan, lo llevan hacia el lugar de sus intereses. Pero a mí me parece que es muy interesante el análisis del fenómeno de la elección de EE.UU., desde las limitaciones del rol de la prensa hasta, por ejemplo, los límites de las encuestas o las mediciones de opinión de la gente… No solamente en EE.UU., en la misma Argentina hubo en los últimos años verdaderas sorpresas. Desde el Brexit hasta el referéndum del plebiscito colombiano sobre la paz con la guerrilla, hasta la misma elección de Trump hasta, repito, la misma Argentina, porque entre nosotros antes de las elecciones, no había ninguna encuesta que diera ganador a Macri Gato.

Todo esto conforma un compendio de cosas muy complejas que sería muy bueno para los intelectuales y para la dirigencia política, poder discutirlo, poder debatirlo, poder elaborarlo ¿no? Porque si no hay mejor manejo de la comunicación será muy difícil llegar a la gente.

Y por otro lado vemos fenómenos, ya para decirlo en positivo, que son verdaderamente alentadores, como por ejemplo, el desarrollo de Podemos, en España, desde un discurso absolutamente novedoso, desde una forma de hacer política absolutamente novedosa y totalmente al margen del control de los medios de comunicación hegemónicos y tradicionales de España.

 


José Vitar
José Vitar es un político tucumano que se ha desempeñado en distintas funciones. Ha sido diputado y legislador provincial (1987/93), diputado nacional (1993/1999). Se ha desempeñado en la coordinación nacional del PAMI (2004/2006) y de la presidencia del Mercosur (2006/2007) y otras actividades relevantes en la provincia y la nación entre 2007 y 2014. Actualmente conduce el Partido Frente Grande en Tucumán.