Entrevista a Roly Arroyo

Entrevista a Roly Arroyo

Companys, si enyoreu les primaveres lliures,
amb vosaltres vull anar,
que per poder-les viure
jo me n’he fet soldat.

(Compañeros, si añoran las primaveras libres
quiero andar entre ustedes,
que para poder vivirlas
es que me he hecho soldado).

Lluís Llach

 

Llego a Tafí Viejo desde Barrio Sur, en el 130. Espero haberme bajado en la parada correcta, ya está oscureciendo. Alguna cara de preocupación debo tener porque un hombre mayor que anda cargando una ristra de nietos de todas las edades me pregunta adónde voy. “Ahí es”, señala. Se ve que estoy de buen humor. En mi barrio al pobre hombre lo hubiese rociado con gas pimienta al grito de ¡queteimportavóviejodegenerá! Quizá es el alivio momentáneo de pasar un rato en un municipio peronista.

Voy a buscar a Roly Arroyo en el trabajo. A preguntarle por su militancia. A hacerle un registro para SinMiga.

Me siento en el salón a esperar mi turno para no interrumpirlo mientras atiende gente. Saco el anotador. Dentro de la oficina hay una señora de ochenta y largos. Roly está tratando de conseguirle turno con un oculista, tarea que no está entre sus funciones administrativas dentro de la sucursal Tafí Viejo del Subsidio de Salud pero sí entre sus obligaciones “como vecino, como ciudadano”, diría después. Me ve, me hace señas para que entre. En el mostrador quedan apenas unas tres o cuatro personas y en la oficina sólo la viejita. Cuando empiezo a grabar ella todavía está ahí y mi registro sobre Arroyo empieza con una voz finita dándole las gracias, ruidosa y afectuosamente.

–Yo siempre he sentido una profunda vocación de servicio. Durante el secundario estudiaba para sacerdote. Pero en una charla con el obispo vimos que no iba por ahí el camino. Después, terminado el secundario y habiendo salido del seminario no sabía cuáles eran los pasos a seguir y lo que más me atraía era el servicio. Sobre todo en el área política. De tal manera que inicié un proceso de lectura bastante intenso. En seis meses, luego de leer mucho, conversando con mi padre me dice “vos no podés ser más que un peronista. Y tenés que ser de los buenos”. Y le digo, “pero… por qué papá”. “Porque nosotros no podríamos haber llegado nunca a tener nuestra casa de no haber sido por el Banco Hipotecario. Perón nos dio las leyes sociales”. Mi padre ferroviario me convenció de desarrollar mi acción política en el peronismo.

Cada tanto se levanta para buscar un sello, los anteojos, un formulario. Me ofrece un té. Acepto.

–Así iniciamos con un grupo de personas en la Juventud Peronista. Empezamos con mucho idealismo y con un gran objetivo, que era la reapertura de los Talleres Ferroviarios de Tafí Viejo. A fines del 82 generamos una gran movilización en esta ciudas. Me acuerdo de que ese día había llovido muchísimo y los dirigentes mayores pedían que se suspendiera, pero nosotros no queríamos. Bajo la lluvia, llegamos a la Sociedad Española e hicimos un gran acto de reivindicación por la reapertura de los Talleres. Era un fuerte compromiso con algo que hace a nuestra cultura, que es el desarrollo de la industria metalmecánica. Logramos ser secretario General de la Juventud Peronista en Tafí Viejo y luego ser la segunda autoridad a nivel provincial. La Juventud Peronista de Tafí viejo tenía un gran liderazgo y estábamos a la vanguardia en cuanto a capacidad de organización.

El partido estaba muy intervenido. Eran momentos muy duros y los servicios de inteligencia nos perseguían permanentemente. Cuando exponíamos algún pensamiento contra la destrucción de los derechos sociales éramos perseguidos, espiados, buscados en nuestras casas. Fue una etapa muy difícil que sin embargo se coronó con la apertura democrática en el 83.

El té llega pavoneándose en una taza floreada. Está riquísimo. Pienso que es porque sigue mi idilio con esto de estar en una ciudad “del palo”. Le hago notar a Roly que desde que empezó a hablar de su incorporación al peronismo su relato es en primera persona del plural. Se pone serio.

–El trabajo nunca es individual. Siempre es colectivo.

Hablamos del Papa Francisco y de una entrevista en la que dice que involucrarse en política es un deber para los cristianos.

–Todos los que desarrollamos un servicio para los demás lo hacemos políticamente. Lamentablemente hay gobiernos como el de Macri que han denostado la política. Pero hacer eso también es política. En mis charlas con el obispo yo tenía cierta posición de rebeldía frente a algunos comportamientos de la Iglesia, que tenían que ver más bien con la Iglesia de puertas adentro. Mi idea era construir un proceso de compromiso social de la Iglesia. En eso coincidía con el obispo David Dip que era de Tafí Viejo. Él es el que me llevó al Seminario y cuando mi padre lo va a ver para decirle que yo no iba a seguir se molestó. Pero cuando yo lo voy a ver y le digo que iba a luchar en la política me abraza y me dice “Si es en el peronismo metele nomás, porque por ahí es el mayor servicio”.

Hablamos un rato sobre algunos postulados católicos (vestir al desnudo, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, consolar al triste…) y su paralelismo con la propuesta justicialista. Los católicos dicen que la alegría se encuentra en estas acciones de servicio. Jauretche dice que nada bueno se construye sin alegría. Perón, que los pobres tienen derecho a la alegría. Llega un chico a hacer un trámite. Le falta un papel. Roly le dice que no se preocupe, que vaya a buscar el papel y que vuelva nomás.

–El peronismo se asienta en postulados espirituales que tienen que ver con la religión católica, valores como la entrega permanente o la firmeza de servir a los demás sin ningún tipo de especulación. El peronismo como expresión doctrinaria, como expresión filosófica, era muy cercana a mi vocación religiosa porque tanto para el socialismo como para el capitalismo el hombre es materia. Y nosotros entendemos que el hombre es materia y espíritu y ese espíritu se tiene manifestar en situaciones como el esparcimiento o las vacaciones. Eso está vinculado a un proceso de derechos del hombre superiores a otros derechos. No es sólo comer, dormir, vestirse, el hombre tiene que ser respetado en su esfera privada y en su trabajo por eso el dueño de un ingenio no puede cerrar de la noche a la mañana porque tiene una responsabilidad social. Sin embargo, no puede con su individualismo, su ansia de ganar más dinero, cerrar el ingenio porque hay gente que está viviendo de eso, que está participando del trabajo. Ese valor espiritual también hizo que que me acercara al peronismo para trabajar y de que estuviera convencido como estoy de que por acá es la felicidad del pueblo, de que por acá es la grandeza de la patria, aún en los momentos más difíciles porque la militancia ha tenido tiempos muy difíciles, lógicamente la durante dictadura. Después, con Carlos Menem, habíamos compartido sueños, pero una vez en el poder nos traicionó tremendamente con su política de entrega nacional, de privatización de los resortes básicos de la economía. La militancia tiene sus luces y sus sombras, sus sufrimientos y sus alegrías. Pero uno ha visto en la militancia ese valor se servir, de ser útil. El militante entrega su tiempo, sus horas de esparcimiento, sus horas de descanso en función de objetivos como servir al prójimo.

Ya no queda gente en el salón. Alguien se despide. Alguien cierra la puerta. Alguien más le pide al guardia hablar con Roly, ya fuera de horario. Él se pone los anteojos y se acomoda frente al escritorio, planilla en mano. En el monitor hay una estampita pegada. Pienso que sería una buena foto: la estampita, Roly, los anteojos, la planilla.

–He sido congresal nacional del PJ por más de 16 años. Veníamos con un proceso de entrega nacional, de traición permanente que era la presidencia de Carlos Menem. Me acuerdo patente de la presencia estelar de Cristina en los congresos nacionales, en donde el menemismo era mayoría. Por ahí le quitaban el micrófono pero ella superaba eso y hacía valer su opinión. Después hicimos el cierre de la campaña en Tafí Viejo y ahí Néstor se comprometió con la reapertura de los talleres que después reabrió. Ese debe ser el don del político. Hacer una promesa y darle cumplimiento. Y lógicamente el de la militancia es acompañar el proceso pero también exigir. Creo que el error del kirchnerismo es haber hecho tantas obras que despertó odio en los sectores más conservadores, más reaccionarios, que son los que no aceptan la dignidad de sectores vulnerables que obtienen sus derechos: la vivienda, carreteras de primer nivel, comprarse la indumentaria en el mismo lugar en que lo hacen las clases altas, vacacionar en Mar del Plata…

–¿Cómo ves el proceso de unidad?

–El peronismo ha construido permanentemente un proceso de unidad. Y unidad tiene que ver siempre con frente. Perón surgió como candidato con acuerdo de sectores que adherían al gran movimiento nacional justicialista en aquel tiempo en la década del 40 a partir de identificarse con determinados derechos, sobre todo los derechos sociales, los derechos laborales. Desde sus entrañas, el peronismo debe construir un proceso de unidad valiéndose de los talentos de cada sector para construir algo en conjunto ya que no hay proyecto individual, sino un proyecto del conjunto. Pude participar como simple militante en la convocatoria de la Ensenada que, de alguna manera, sentó las bases para una futura organización, que tiene que tener un concepto de unidad, de movilización y de volver a las fuentes del peronismo donde los únicos privilegiados sean los niños, donde se cuide a los jubilado, Donde haya lugar para la realización de los valores y de las 20 verdades. Todo esto va a determinar que recuperemos la mayoría popular. Nuestra búsqueda es construir esa mayoría que el pueblo argentino está esperando frente a tanta catástrofe de Cambiemos, tanta destrucción que ha hecho este gobierno de Macri a todos los sectores, la industria, la producción, el sector pasivo… no podemos ni ver los partidos de fútbol. Es increíble cómo se han cercenado en estos tres años los derechos del pueblo argentino. Y contra eso la militancia debe construir una reacción, debe construir una resistencia pero a partir de hermanos, de armar un vínculo, de abrazarnos y avanzar juntos en un proceso claro de unidad.

Son momentos muy complejos porque los medios de comunicación juegan a favor de este gobierno y sectores del poder judicial tratan de evitar el surgimiento de una líder natural que es Cristina. Con el 36 al 38 por ciento (de votos) es un actor político de mucha gravitación y hoy sectores judiciales tratan no sólo de denostarla sino de impedir su candidatura. Eso significa conculcar los derechos democráticos, los derechos republicanos. Líderes que como Lula, como Correa a lo largo y ancho de la Patria Grande tienen vigencia por haber sacado a sus pueblos de la pobreza, haberles restituido derechos. Los Estados Unidos ya no hacen golpes militares sino fuertes campañas de desprestigio a los líderes naturales y los tratan de encarcelar. Nuestro esfuerzo como militantes debe ser respaldar el rechazo a la entrega que está haciendo este gobierno.

–¿Es posible que la resistencia que hay frente a la figura de Cristina Fernández tenga que ver con que es mujer?

–Sin ninguna duda ser una mujer ha marcado un desafío. Tenemos resabios conservadores y resabios gorilas que atentan contra el surgimiento de las mujeres en el campo de la política.

–¿Asociás entonces gorilismo a machismo?

–Sí, sin ninguna duda. El peronismo siempre ha planteado desde Evita “ni un paso atrás”, construyendo juntos. Muchos interpretan que las mujeres tienen que estar tres o cuatro pasos detrás del hombre y ese sentido de superioridad se expresa claramente en el hecho de que nos cuesta aceptar que una mujer lidere un proceso de cambio.

Le falta un poco de entrenamiento en lenguaje sensitivo de género (dice “hombres” en lugar de “varones”; llama a CFK “actor político”), pero no me importa. Tiene clarísimo que los machos están a la derecha de todo lo demás, y lo dice. Confieso que me sorprende para ser un varón de su generación, católico además. Una vez que el pensamiento está claro, va encontrando los caminos, los lenguajes para mejor expresarse.

Le pregunto por su trabajo en el cuerpo legislativo local. Arroyo, fue dos veces concejal en Tafí Viejo, primero entre 1987 y 1990 y después de 2007 a 2011.

–Hicimos muchas gestiones Néstor Kirchner siempre le tuvo mucho cariño a Tafí Viejo. La reapertura de los talleres fue una política de él. Lamentablemente hoy volvieron a estar en una crisis tremenda. Hay 40 obreros y se los está invitando a renunciar para que esto se cierre y se pierda la industria metalmecánica en Tafí Viejo.

Tenemos que trabajar con mucho compromiso social poniéndonos a la par de las necesidades, de las problemáticas, de la gente que siente los tarifazos, que siente los despidos y la desocupación. Si construimos desde la generosidad, desde la humildad y desde el concepto de la unidad vamos a encontrar el triunfo y el éxito. A veces la luz que brilla no es la de uno, pero es la de un compañero que está a la par y que tiene que ser respaldado por todos los militantes. Si no hay generosidad no va a haber posibilidades de construir un proceso de unidad peronista.

–¿Hace falta revisitar la doctrina y aplicar aquello de que el que pierde acompaña?

–Volver a la doctrina significa revalorizar conceptos clave que tienen que ver con cosas muy simples, como que para un peronista no hay nada mejor que otro peronista. Para nosotros no hay otra clase más que los trabajadores. Creemos en estos valores.

Creo que debe haber una mayor apertura porque en el peronismo hay valores muy importantes. La conducción no debe encerrarse en sí misma sino construir un espacio de participación donde cada uno exprese su talento y su forma de trabajar, pero tenemos una clara falencia que es la formación de dirigentes.

–¿Hay voluntad de formar dirigentes nuevos o hay cierto egoísmo, ganas de cuidar la quintita, de que llegue el que se puede pagar la campaña?

–Hay mucha especulación. Por eso hay que volver a la doctrina. Para cada toma de decisión hay un concepto expresado en una frase clara. Por ejemplo, en este caso, hay que pensar que primero está la patria, después el movimiento y por último los hombres.

La patria es todos, por eso Cristina bien ha planteado la patria como el prójimo, que la patria es el otro. Luego está el movimiento, que construye instrumentos, puentes para resolver problemáticas de esa patria y al último los hombres, los intereses individuales vienen al final. Primero está la plena participación, la plena entrega.

(La entrevista tendría que haber terminado hace rato, pero parece que todavía no se fueron todos y seguimos hablando).

–Es un sufrimiento permanente el que tengo. Por las noches no puedo dormir por tanto daño que está haciendo el Presidente. Con tantos sectores, tantos amigos postergados, tanto descuido, tanta desocupación, tanto desarraigo. Porque la pérdida de trabajo trae desarraigo. La gente se va de Tucumán, de Tafí Viejo. Ese sufrimiento como militante de ver un país que está caído profundiza el análisis y el compromiso. Y sobre todo la necesidad de encontrar medios que nos permitan recuperar una patria que en el tiempo sdel kirchnerismo se había hecho realidad. Añoramos volver a eso. Esa experiencia nos ha permitido comprobar que sí son posibles la justicia social, la independencia económica, la soberanía política que se expresaba claramente frente a los poderes internacionales. La independencia económica se expresaba en una patria con desarrollo, con autonomía, desendeudada. Y la presencia permanente de la justicia social se veía a través de los derechos amplaidos para los sectores más vulnerables. Durante el gobierno kirchnerista hemos visto que es posible una mejor calidad de vida, y obre todo, que es posible que viejos postulados del peronismo cobren una vigencia total y extrema. Tengo el anhelo de reconstruir esa mayoría y sobre todo un espacio de dirigentes emergentes que sean capaces de resolver problemas. Dirigentes con inteligencia, generosidad, iniciativa frente a esta catástrofe. Mi deseo es que pueda volver Cristina con un grupo de ellos y sea capaz de resolver de esta crisis. Ese es mi sueño, poder ver una Argentina desarrollada, en plena producción, ver los talleres con una cantidad importante de gente. Toda esta añoranza hace que uno tenga fe, tenga esperanza en Cristina y en esos postulados que hemos tenido en el gobierno pasado.

–¿Qué le decimos a los odiadores?

–Que es un camino equivocado. Que el odio no es posible. “Viva el cáncer” ha sido una expresión de sectores reaccionarios que son los mismos que se sienten felices ante el acorralamiento judicial de Cristina Kirchner. Se mueven por odio, por venganza, por revanchismo. Bien dice el Papa Francisco que estamos en la etapa de revanchismo del 55. Les digo que otra Argentina es posible. Una Argentina de convivencia, de autonomía, de respeto, de identidad nacional, de construcción de soberanía, de construcción de valorar el ser argentino pero esta gente prefiere valorar a los europeos. Nuestros próceres no han sentido ninguna angustia por independizarse. No. Han sentido la alegría más grande de dar libertad a su pueblo. El camino del odio y del rencor no es un camino de felicidad. El que hemos elegido nosotros es el mejor camino. El de la felicidad no sólo nuestra sino del pueblo argentino.

Es tarde. Pregunto dónde tomar el 130 que va a mi casa. Me pongo los auriculares y voy escuchando la entrevista. Pasamos por los Talleres de Tafí Viejo justo cuando Roly dice “nuestra cultura del desarrollo de la industria metalmecánica”. Esa adición a mi capital simbólico ha costado un boleto de ómnibus, un té, una charla con la persona correcta. Entre las que llama obras de misericordia, el catolicismo pone “Enseñar al que no sabe”. Arroyo ha cumplido hoy con creces su deber de cristiano y peronista.

 

 


Héctor Rolando Arroyo
Más conocido como “Roly”, inició su vida política en 1982 luchando por la reapertura de los talleres ferroviarios de Tafí Viejo que habían sido desmantelados durante la última dictadura cívico militar. Fue dos veces concejal por su ciudad (1997-2000 y 2007-2011) y ocupó cargos en el PJ como Consejero Departamental y Provincial y como Secretario de Adoctrinamiento en el transcurso de la presidencia de Amado Jury. Durante 16 años fue Congresal Nacional del PJ. Actualmente milita por la unidad de todo el arco opositor peronista.

Imagen de tapa: Damián Esteban Díaz.