VOLVIÓ EL AMOR

VOLVIÓ EL AMOR

Bajo la metáfora del sentimiento, nace un nuevo ciclo. Las palabras de estas semblanzas recopiladas en plazas y bares prometen un arco popular dispuesto al inicio de una nueva batalla cultural.

 

 

VOLVIÓ EL AMOR

El abrazo es un hecho político.

Gustavo Varela

 

Anoche había un magma viscoso que unía los cuerpos extasiados en el encuentro

Exequiel Svetliza

Piel con piel, sudor con sudor, lágrima con lágrima. Cuerpos que al entrar en contacto no querían ya separarse. No querían dejar de permanecer en el otro y tendían puentes invisibles de baba, de grasas derretidas y demás jugos corporales. Invadidos por la certeza de que ese calor siempre estuvo ahí y que esos abrazos, dilatados en el tiempo, habían sido la utopía que los había alimentado en la espera. Todo lo humano, todo lo político, estaba ahí, en esos cuerpos desagotándose. Lo que venga no será fácil, pero el comienzo es promisorio. Ahora que toca curar, levantar, reconstruir. Acaso hayamos aprendido que al futuro sólo se llega amando.

 

Crecí en la primavera

Antonella Aparicio

Soy de la generación que se formó en una primavera. Nací en 1982, ustedes dirán parricida, cabeza de termo, cuca que creyó haber nacido con la historia, con tantos errores y falta de autocrítica. Tuve una vida universitaria inmersa en el cálido fragor de políticas públicas y becas que lo posibilitaron, espacios abiertos donde lo que necesitaba estaba incluido, con lo que pude hacer cursos y proyectos, residencias de arte soñadas por las vanguardias, estudiar casi irresponsablemente en varias universidades del país, además de estudiar tres idiomas, formar parte de colectivos y ferias internacionales, trabajar en el idilio de recuperación de un cine tucumano posible y creer en una cultura artística y académica muy valiosa. En fin, crecí creyendo que esa vida asumida en el compromiso integral de un profesional era lo mejor que le podía devolver a la Tucumán que amo, sufro y milito. Esa obnubilación que implica crecer en una primavera política.

La esperanza, ese concepto recuperado en nuestras mejores zambas, indica para mí la unidad mínima de vida. Tener esperanza fue revolucionario, como bailar cumbia hoy con las chicas, como inyectar actitud política en jóvenes tan jóvenes como les que hoy son actores políticos directos. Creo en el trasvasamiento de mis compañeros. Esa batalla cultural no fue en vano. Fue la fundación de las mejores herramientas para voltear democráticamente y en paz al gobierno más perverso de los últimos cuarenta años.

No me olvido.

 

 

Juan GENOVÉS, “El abrazo” (de la serie “Abrazos”). Acrílico s/tela. Década de los años 70.

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Gracias al mejor equipo de los últimos 50 años

Antonella Garlatti

Gracias al mejor equipo de los últimos 50 años, porque pasaron cosas. Me convertí en una anarcotroskakirchnerista y agarré todos los días la pala para sacar el país adelante, desde las raíces más profundas de mi ignorancia política. En estos últimos años, salí del closet ideológico. No, no existen soluciones mágicas.

Fui a talleres de formación política, leí bastante con mucha bronca y saudade, escuché varixs referentes, fui a muchas marchas porque el curro de los derechos humanos se lo defiende y el 2×1 a los genocidas jamás. Conocí personas tan copadas y comprometidas por un proyecto nacional y popular en común.

Lloré mucho y dormí poco. Tuve miles de pesadillas. Me dieron muchas ganas de irme a la mierda, pero después me tranquilizaba y pasaba.

A veces, creía que las únicas personas que merecían oportunidades eran las familias blancas, puras y hermosas.

Me junté con Leti, un día de verano bajo un sol radiante y popular, ¡qué lástima el feo día! Mucha gente que habrá querido venir a esperar a Cristina junto al resto de la grasa militante. Ella salió con toda la energía que la caracteriza, como una rockstar, como Patti Smith. Y sí, encontré un lugar donde ser feliz o al menos intentarlo.

Anoche fue tan hermoso y surrealista, que todavía no caigo. Le di miles de caricias significativas a amigues, conocides y gente random.

Voy a seguir poniéndome (nos) metas demasiados optimistas. Después de todo, esto ya se inundó, pero sí, ya no se inunda más… porque una vez más le decimos chau al neoliberalismo cruel y sangriento en Latinoamérica.

 

Nobleza obliga

Carlota Beltrame

Debo decir que Cambiemos me dejó un montón de entrañables amigos nuevos. Que si UNVK, que Resistiendo, que el Manifiesto, que el Central Espacio de Ideas, que SinMiga… Ante el dolor y la perplejidad nos íbamos encontrando en casas/plazas/bares, más que para proponer y desarrollar proyectos, para sentir que estábamos menos soles. No me queda otra entonces, que agradecer esa hermosa parte del camino que pude transitar durante estos años de mierda, en los que hasta me vi en la necesidad de tener que explicar por qué, para un país, es importante tener Ministerios de Salud y de Educación, por no mencionar los de Ciencia y Cultura. Gracias chiques, gracias-gracias.

 

Del espanto a la ternura

Paula Storni

Ayer nos juntamos con mis hermanas y mis hijos. Esa previa a este 27 de Octubre no fue cualquiera. Había alegría, nostalgia, esperanza, amor y ternura en el aire. Muchas frases sonaron fuerte anoche. Todas las canciones que escuchamos tenían los agregados de los nombres que volverán a concretar el sueño que Néstor propuso y realizó y otros se encargaron de destruir en poco tiempo. Todos los cantos fueron entonados con los brazos agitados arriba, como cuando vamos a la plaza.

Mis hijos están llenos de esperanza. Saben la diferencia entre el espanto y la ternura, la sienten, la ven.

La muerte de Néstor significó la partida injusta de quien encarnó todos los valores, principios y convicciones sociales que aprendí con mis viejos y por los que ellos lucharon a lo largo de mi infancia y adolescencia. Porque Eva y Perón eran los referentes pero yo no los viví (bueno, sí, Ezeiza en la panza de mi mamá esperando a Juan). Con Néstor, en cambio, yo viví la inclusión, el amor por el otro, la igualdad, la justicia social y de derechos, la alegría. Yo vi los ojos brillosos y las sonrisas de muchos que habían sido olvidados, negados, rechazados, excluidos. Sentí ese poder del amor al que tanto se le teme por su fuerza y por su luz de sol brillante que encandila.

Ayer cantamos las canciones de un disco de Zupay que siempre sonaba en casa. Un casette era. Y en esas letras que eran de otra vuelta, de otro regreso, el de la democracia, son hoy palabras de otra vuelta que soñamos.

Mis tres hijos lo saben. Aprendieron de sus padres, abuelos y tíos lo que yo aprendí. Por eso están/estamos llenos de esperanza.

Ayer no fue cualquier noche.

Mi voto de hoy es la reafirmación de todo aquello en lo que creo y un homenaje a vos Néstor ¡Salud!

 

 


CVs
De diferentes orígenes y ocupaciones, Ezequiel, las Antonellas, Carlota y Paula, son militantes que, desde el campo nacional y popular se las rebuscaron para resistir tanto a la soledad como al oprobio que distinguieron la breve pero dura administración del Cambiemos.

Imagen de tapa: Juan GENOVÉS, “El abrazo” (de la serie “Abrazos”). Acrílico s/tela. Década de los años 70.