TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS

TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS

En un nuevo, aunque breve ensayo, Elisabeth P. Fernández analiza el panorama político tucumano de cara a las elecciones del mes de junio venidero y convoca a la unidad del peronismo en torno a la figura de Cristina Kirchner como única manera de evitar el riesgo, no ya de volver a negar a su hijo dilecto, el kirchnerismo, sino de traicionar tanto al pueblo tucumano como a sí mismos.

 

 

TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS

Las distracciones de la lealtad

 

por Elisabeth P. Fernández

 

 

Pedro estaba sentado afuera en el patio y se le acercó una criada, diciendo, -tú también estabas con Jesús, el Galileo-, mas él negó delante de todos, -no sé lo que dices…-.

Saliendo a la puerta le vio otra y dijo a los que estaban allí -también éste estaba con Jesús, el Nazareno-, pero él negó otra vez con juramento -No conozco a ese hombre-.

Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro, -verdaderamente también tú eres de ellos, porque tu manera de hablar te descubre-. Entonces comenzó a maldecir y a jurar -no conozco a ese hombre-. Y enseguida cantó el gallo. Entonces Pedro recordó las palabras de Jesús, quien le había dicho, -antes de que cante el gallo, me negarás tres veces- . Saliendo, lloró amargamente.[1]

 

 

Paradójicamente, al mismo tiempo un traidor puede ser un héroe, tal como afirman no sólo el gran Jorge Luis Borges[2] sino la compleja realidad. Para entender esta contradicción se hace necesario dejar de lado la “vanidad ideológica”, el “narcisismo de la diferencia” y el “narcisismo de las causas perdidas”, tres conceptos que frecuentemente observamos en el mundo de quienes se dedican a la política, entre los que se destacan las izquierdas llamadas “radicales”. Ante la coyuntura electoral que se avecina deberíamos vislumbrar estas cuestiones de índole filosófica pues, según dicta la experiencia de los últimos tres años y medio, los kirchneristas hemos aprendido muy bien quién es y dónde se encuentra el verdadero enemigo.

Víctor QUIROGA, Mirando pasar la patria. Óleo s/tela. 1,04 x 0,65 m. 2018

Se trata del juego de la política. Es así. Si nos pusiéramos en puristas, seríamos víctimas de un esencialismo incapaz de reconocer las opacidades y contradicciones propias de la realidad. En efecto, como señala Jorge Alemán[3], debemos prepararnos para aprender a pensar incluso cuando no todas las piezas encajen. De otro modo nos espera el aislamiento, la intolerancia, el fracaso, cuando no tragedias mucho más extremas que las sociedades del mundo, sin excluir la nuestra, han padecido en muchos momentos de la historia. Cristina apoyó a Menem. Duhalde trajo a Néstor. Miranda creó a Alperovich aunque éste lo negó más de tres veces. A su vez, Alperovich hizo a Manzur cuando Manzur no era nadie. Manzur hizo una buena gestión en salud como ministro de esa cartera durante la última gestión de Cristina a quién comenzó a desconocer ni bien la Alianza Cambiemos se proclamó ganadora. El ahora senador José Alperovich la negó votando casi todas las leyes del macrismo.

Aunque uno de los problemas sea saber cuál es la opción para derrotar al verdadero enemigo y si el verdadero enemigo no está inserto actuando en esta disyuntiva, es evidente que el kirchnerismo no es un asunto terminado. Sin embargo, como a menudo ocurre con las izquierdas, no debemos limitarnos al mero esfuerzo interpretativo de la realidad demorándonos en las razones de los fracasos e imaginando soluciones ideales y perfectas cuyos resultados nunca hemos podido corroborar, porque eso nos alejaría de la posibilidad concreta de actualizar los aciertos políticos del pasado en el aquí y el ahora.

El presente es complejo. De cara a las elecciones de octubre, el futuro es peligroso. Lo demuestra el desembarco de Alfonso de Prat Gay, ex ministro de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación por Cambiemos quien, invocando una pertenencia que no posee, junto a Elías de Pérez y Cano, intenta una candidatura “blanca” para nuestra provincia como un artilugio político cuyo objetivo final es la “desperonización” de Tucumán. Así las cosas, la unidad del peronismo tucumano no es una opción, sino un imperativo. En este contexto, quizás su mayor desafío sea recuperar productivamente los logros de sus gobiernos y cumplir con las expectativas de las castigadas clases populares locales que, como se sabe, ante todo son peronistas.

Víctor QUIROGA, Por siempre mi señora compañera. Óleo s/tela. 1,14 x 1,47 m. 2018

Es innegable que Tucumán ha podido resistir con alguna dignidad los embates del achicamiento neoliberal exigidos por la Alianza Cambiemos, pero es justo reconocer que esto no se ha debido sólo a la tradición peronista sobre la que se ampara el gobierno de Manzur, sino a la herencia legada por su antecesor Alperovich, quien, en medio de no pocas controversias, ha sabido dejar una provincia más ordenada, si tenemos en cuenta el penoso derrotero que ésta sufriera a partir de 1968, cuando el dictador Juan Carlos Onganía ordenó el cierre de once ingenios azucareros provocando un colapso económico de tal magnitud, que aún vemos sus efectos.

Todo proceso social, lejos de ser unívoco y coherente es inevitablemente desigual y combinado, por eso el progresismo y el kirchnerismo locales asumen que deben debatir en medio de la rivalidad desatada entre el gobernador Manzur y el senador Alperovich. también es sabido que vivimos tiempos de democracias de “baja intensidad” en las que uno de sus muchos problemas se refleja en la volatilidad de los compromisos asumidos ante los electores, por parte de sus representantes. En efecto, en Tucumán, los que nunca negamos a Cristina esperamos el compromiso insoslayable de apoyo a su figura antes de decidir nuestro voto, así como invocamos la necesidad de una reforma constitucional inmediata que, entre muchas otras cosas, garantice la inviolabilidad del contrato eleccionario en tiempos en los que las promesas de campaña y los espacios/partidos de pertenencia se esfuman con el discurso inaugural. Así, no sólo se trata de asumir que la ex presidenta posee el mayor caudal de votos, sino que el kirchnerismo es parte insoslayable del movimiento peronista. Aunque se cambie la fecha de los comicios, no comprender esta coyuntura implica una gran miopía política pues aquello que pareció haberse perdido en diciembre de 2015, es claro que en el pueblo tucumano todavía está vivo. Dejarlo a su suerte sería una amarga traición.

 

 

[1] Mateo, 26, 69-70.

[2] Jorge Luis BORGES. Tema del traidor y el héroe, cuento publicado en el libro Ficciones, publicado por primera vez en 1944.

[3] Jorge ALEMÁN, Subjetividades y política. https://www.youtube.com/watch?v=940UFBstkU4


Referencias:


Elisabeth P. Fernández
Abogada, feminista investigadora, populista y activa militante.

Imagen de tapa | Víctor QUIROGA, La casa de cañas. Acrílico s/papel. 0,50 x 0,37 m. 2018