El tucumano de todxs
El tucumano de todxs
Por Leonardo Forgas
Mientras define su futuro después de haber hecho historia con Colón de Santa Fe, Luis Miguel “el Pulga” Rodríguez es hoy uno de los íconos deportivos máximos que tiene Tucumán.
Tucumán y el fútbol argentino siempre estuvieron muy ligados. No sólo por la preponderancia de sus clubes (fundamentalmente San Martín y Atlético, pero contando además los años históricos para otros, como Concepción o Sportivo Guzmán), sino también por nombres propios que se destacaron y hoy pertenecen la memoria colectiva. Destaca el recientemente fallecido José Rafael Albrecht, surgido del decano que llegó a la gloria en San Lorenzo de Almagro durante los años 60, rendimiento que lo llevara a representar nuestro país en los dos mundiales que se disputaron en aquella década. Siguiendo la recorrida de destacadas personalidades provincianas podemos mencionar quizás a Antonio Apud, quien la “rompió” en Boca, campeón a principios de los 90. Y para finalizar, lo más reciente: las presencias de Exequiel Palacios y Joaquín Correa en la actual Copa América que en estos momentos está disputando la Selección en Brasil.
Sin embargo, ni esta resumida recorrida por diversos nombres, ni el presente deportivo de los clubes más destacados representan para el o la futbolerx nacional lo que simboliza “el Pulga” (se escribe con ese artículo, en masculino), aunque las personas del resto del país no lo conciban porque claro, no son de Tucumán.
¿Por qué Luis Miguel “el Pulga” Rodríguez se ganó tanto cariño afuera de la provincia? Por jugar lindo a la pelota. Ni más ni menos. Lejos está de ser el mejor jugador del mundo que gana millones en Europa. De hecho, nunca salió del país y si no fuera por Diego Maradona que lo llamó para disputar un amistoso de segundo orden cuando era el DT, tampoco habría jugado siquiera unos breves minutos con el seleccionado nacional. Nunca jugó en un equipo grande, es más, construyó gran parte de su carrera en su provincia, a apenas una hora de su Simoca natal. Más allá de la enorme huella que dejó en Atlético transformándose en el ídolo máximo de una institución que se consolidó en primera, llegando a jugar Copa Libertadores de su mano y anotando más de cien goles, tuvo incluso que esperar hasta sus 36 años para poder consagrarse campeón de un torneo. Fue justamente después de tomar la decisión más arriesgada de su vida, la de abandonar su zona de confort, para tratar de llegar a ser el ícono de otro club ¡Vaya si lo hizo! porque logró ser la gran estrella de Colón de Santa Fe, coronado semanas en un torneo de primera división, éxito inédito para el club “sabalero” en más de cien años de vida. El “Pulga” otra vez como bandera.
El “Pulga” es terrenal. Representativo de aquellas personas que juegan en la plaza con amigos y es eso lo que lo hace alcanzable, tangible, querible. Un fundamentalista del sacrificio, de una humildad entrañable, dueño de goles memorables y de un talento descomunal. Ése es Luis Miguel Rodríguez. Alguien que en este momento está definiendo si se queda a hacer más historia en la nueva provincia que conquistó, si vuelve a la que ya es suya o si buscará otro lugar para seguir colonizando. Lo seguro es que su magia no se perderá jamás, y el que durante un rato largo seguirá enamorando a todo el mapa futbolero para continuar siendo el tucumano de todxs.
Imagen de tapa: Ilustración de César Carrizo.