REVOLTOSO

REVOLTOSO

La muerte de Francisco marca el fin de un pontificado que abrazó sin reservas una clara dimensión política en el liderazgo espiritual que, en exclusiva, el sentido común atribuye a los papas. Desde su magisterio amplio hasta sus gestos simbólicos, el así llamado “Papa rebelde” abogó por una iglesia renovada, solidaria y comprometida con los más vulnerables. Ahora, en estos tiempos sombríos, queda en manos del Colegio Cardenalicio decidir si el camino trazado seguirá vigente. Desde Sin Miga hacemos votos para que esta dirección progresista continúe y compartimos con nuestros lectores un breve análisis de Mariana Nofal.

 

 

REVOLTOSO

por Mariana Nofal

 

 

Señor, en la fiesta que hoy celebramos te pedimos este don: que también nosotros seamos nuevos para vivir esta perenne novedad. Límpianos, oh Dios, del polvo triste de la costumbre, del cansancio y del desencanto; danos la alegría de despertarnos, cada mañana, con ojos asombrados al ver los colores inéditos de ese amanecer, único y distinto a todos los demás.

Adriana Zarri

 

 

En la homilía de la Pascua de Resurrección Francisco I incluyó una cita de Adriana Zarri: una teóloga que encontraba en la contemplación de los ciclos de la naturaleza un modo de plegaria (antes, mucho antes de Laudato Si); que no temía escribir acerca de los grandes tabúes de la Iglesia (como el aborto o la intermediación fallida de muchos pastores en la relación de los fieles con Dios) y que admiraba a los teólogos de la liberación. A nadie habrá sorprendido eso el domingo. Pero el lunes ah, el lunes. El lunes la cita de la ermitaña en el mensaje pascual cobró la dimensión de un puño en alto. El Papa moribundo había colado en las palabras de esta feminista y pobrista su insistencia en la importancia de la renovación. Y no, no estoy forzando una lectura política. Hay una escritura política de Francisco. Después de todo, era un líder espiritual y un jefe de Estado.

 

El magisterio amplio

El magisterio es una de las tareas que ejercen los papas (también los obispos, pero no vamos a hablar de eso ahora). En términos muy simples, es una función y también una potestad: dentro de la jerarquía eclesiástica el Papa puede interpretar la palabra de Dios y enseñar acerca de las cuestiones que considere importantes. Hace esto a través de distintos escritos, que en algunos casos tienen carácter normativo (desde el punto de vista doctrinal o jurídico) y en otros casos tienen carácter interpretativo, analítico o exhortativo. Además hay unos muy muy muy famosos que tienen una pizca de todo lo anterior, pero en el caso del pontífice que hoy nos ocupa son de corte eminentemente divulgativo y apelativo: las encíclicas. Francisco escribió cuatro: Lumen fidei (junto a su antecesor Benedicto XVI), Laudato si, Fratelli tutti y Dilexit nos.

Laudato si y Fratelli Tutti tienen dos particularidades interesantes. Una de ellas es que en ambos casos el autor declara que esas encíclicas forman parte del magisterio social. Viene a ser como: “les advierto que hay que leer desde esta perspectiva”. La otra es que no están dirigidas de manera exclusiva a la grey católica, sino de manera inclusiva a todas las personas. En Laudato si dice: “Ahora, frente al deterioro ambiental global, quiero dirigirme a cada persona que habita este planeta”.[1]

En Fratelli tutti, se reduce apenas un poquito el público destinatario: “Las siguientes páginas no pretenden resumir la doctrina sobre el amor fraterno, sino detenerse en su dimensión universal, en su apertura a todos. (…) Si bien la escribí desde mis convicciones cristianas, que me alientan y me nutren, he procurado hacerlo de tal manera que la reflexión se abra al diálogo con todas las personas de buena voluntad”.

 

Alfredo Gramajo Gutiérrez, El retablo de Jesús.

 

Entonces, en nada menos que la mitad de sus encíclicas, Francisco toma la decisión de ejercer un magisterio amplio, más allá de los límites formales de su investidura. Y es precisamente en estos textos en los que habla por la eliminación de la desigualdad, en muchas de las versiones en las que se despliega en este mundo. Y pontifica (no he tenido muchas más oportunidades de usar esta palabra en el buen sentido, así que soporten) con claridad y firmeza acerca de la inmoralidad de los aprietes de los países ricos a los países pobres.

El pago de la deuda en muchas ocasiones no sólo no favorece el desarrollo, sino que lo limita y lo condiciona fuertemente. Si bien se mantiene el principio de que toda deuda legítimamente adquirida debe ser saldada, el modo de cumplir este deber que muchos países pobres tienen con los países ricos no debe llegar a comprometer su subsistencia y su crecimiento.

Sin dudas, se trata de otra lógica. Si no se intenta entrar en esa lógica, mis palabras sonarán a fantasía. Pero si se acepta el gran principio de los derechos que brotan del solo hecho de poseer la inalienable dignidad humana, es posible aceptar el desafío de soñar y pensar en otra humanidad. Es posible anhelar un planeta que asegure tierra, techo y trabajo para todos. Este es el verdadero camino de la paz, y no la estrategia carente de sentido y corta de miras de sembrar temor y desconfianza ante amenazas externas. Porque la paz real y duradera sólo es posible desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana (Fratelli tutti, 126-127).

 

Alfredo Gramajo Gutiérrez, El retablo de Jesús.

 

El puño en alto

Ha muerto un líder espiritual que ha expresado sin vacilaciones la dimensión política de su rol. Jesús de Nazareth fue en su época una figura disruptiva, que predicaba la paz en tiempos de guerra y el amor al otro en tiempos de sociedades fuertemente estamentales. Francisco ha honrado ese legado de revoltoso que anda por el mundo abrazando pobres y declarando la importancia del servicio desinteresado y afectuoso.

En los tiempos que corren es una preocupación legítima, para quienes son católicos y para quienes no, la posibilidad de que el próximo pontífice sea un finance- tecno- criptobro negacionista del cambio climático. Porque hay una buena parte del mundo que tira para ahí, vamoadecirlo.

Pero me voy a dar permiso de ser optimista, porque Francisco ha dejado clarito en la homilía del domingo y en la mitad de sus encíclicas para dónde tira él. Sólo necesitamos que el Colegio Cardenalicio quiera seguir por el mismo camino.

Mientras se resuelve la sucesión nosotres podríamos salir a predicar (quizá con la excusa de que el púlpito oficial está vacante) que más valioso que minar criptos es minar cristos, rebuscar en el corazón propio el amor al otro, que esa es una forma honesta de conseguir riqueza instantánea.

Dejo aquí algunos enlaces. La homilía es cortita, las encíclicas no, pero están escritas en forma muy amena.

 

Última homilía de Pascua. https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2025/documents/20250420-omelia-pasqua.html

Laudato si.

https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html

Fratelli tutti.

https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html

Dilexit nos.

https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/20241024-enciclica-dilexit-nos.html

 

 

 

[1] Las encíclicas se publican con párrafos numerados. Cuando citamos encíclicas, los numeritos entre paréntesis nos ayudan a encontrar el párrafo de donde salió la cita. Así que si quieren leer el párrafo completo, pueden buscar el que está indicado con el número 3 y ¡chán!, ahí aparece. (Está bien, ya dejo de decir las palabras párrafo y número).


Mariana Nofal
Periodista, Licenciada en Ciencias Políticas y escritora free lance. Novia fake de Hazao Miyazake.

Alfredo Gramajo Gutiérrez
(1893-1961), aunque se radicó en Buenos Aires, nació en Tucumán y su obra, hoy muy valorada, constituye una rareza en la historia del arte argentino, tanto por sus características formales ligadas a lo ingenuo, como por sus relatos acerca de la vida cotidiana y las costumbres de los pueblos del NOA, con marcado acento en la religiosidad popular. Se formó artísticamente en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes (SEBA) y en la Escuela Nacional de Artes Decorativas y en 1917 se recibió de profesor de dibujo. Sus obras se encuentran en colecciones privadas e importantes museos como el MNBA.

Imagen de portada: Alfredo Gramajo Gutiérrez, El pesebre, Triptico, (1929). 113,5 x 260,3 x 3 cm