LA HORA MÁS CRÍTICA

LA HORA MÁS CRÍTICA

> EDITORIAL

En medio de la situación más conflictiva por la que atraviesa la universidad pública en nuestro país, la Universidad Nacional de Tucumán se suma a la convocatoria de un paro por tiempo indeterminado hasta tanto se llame a paritarias y de ese encuentro se obtenga una propuesta salarial conveniente, más allá de los justos reclamos por el aumento del presupuesto universitario en particular, y educativo en general. Nuestras marchas han sido relativamente numerosas, pero incomparables en convocatoria con las de la Universidad Nacional de Córdoba por ejemplo o proporcionalmente menores que las de otras universidades más pequeñas, como la de Santiago del Estero, en las que sus comunidades se han comprometido más activamente que en la nuestra. Cuando hablamos de “comunidad” no nos referimos específicamente a la universitaria (alumnos, docentes, no-docentes y egresados) sino a la sociedad en general. Como aquélla provincia, Tucumán se halla atravesada transversalmente por la acción transformadora de la UNT al punto de que, se dice, sin ésta viviríamos en una aldea. En efecto, sumada a los efectos revolucionarios de la autonomía y el cogobierno propuestos por la Reforma Universitaria de 1918, la gratuidad de los estudios universitarios establecida en 1949 por el peronismo permitió la profesionalización de millones de argentinos que dieron cuerpo a la movilidad social. Nuestra pequeña provincia no es la excepción. Entonces, ¿por qué no contamos con el apoyo masivo de los tucumanos? Es necesario que todxs comprendamos que las actuales circunstancias socio económicas no sólo son muy diferentes sino muchísimo más graves que las de hace cuatro años, cuando el poder adquisitivo del sueldo de un docente universitario era del 85%, mientras que en la de hoy se ha reducido escandalosamente a menos de la mitad. Como muchas entidades estatales de nuestro país, la universidad pública toda enfrenta un gobierno que sólo en el último año ha devaluado al peso argentino en más del 40% de su valor frente al dólar estadounidense, generando una inflación que se avizora desenfrenada pues los precios de muchos bienes y servicios guardan una estrecha relación con aquella moneda. A esta situación se suma el endeudamiento con el FMI cuya exigencia de una drástica reducción del gasto público afecta a los ministerios y sus presupuestos entre los que se encuentran los de educación, ciencia y tecnología haciendo improbable un acuerdo paritario que supere la oferta del 15% en cuotas y sin cláusula “gatillo” exigido por los gremios.

Tal como ocurre en otras provincias, es indispensable entender la gravedad de esta hora para acompañar la lucha de la comunidad universitaria contribuyendo a una información más profunda y responsable sobre las particularidades de la grave amenaza que hoy se cierne sobre la universidad pública, que es de todxs.