Adiós al más humano de los dioses
Tres mujeres opinan sobre lo que la vida y la muerte del enorme, infinito Diego Maradona significó y significa para sus vidas y las de millones de compatriotas: Adriana Esposto, rescatando al Diego héroe popular, amado y admirado por todes; María Eugenia Rubio, relacionándolo con diferentes situaciones autorreferenciales; y Cecilia Ousset, exponiendo sus propias contradicciones como militante feminista.
Acompañando los relatos, Sin Miga vuelve a compartir con sus lectores esta traducción que, sobre el gesto y la actitud de Maradona escuchando el himno nacional argentino, el artista Maxi Romero Almenar ha realizado imprimiéndolos en el rostro de sus amigues, admiradores del genio de Maradona, al que hoy deseamos recordar y homenajear con esta selección de textos e imágenes tucumanas futboleras.
“Qué me importa lo que hizo con su vida,
me importa lo que hizo con la mía”
Roberto Fontanarrosa
La gambeta final
por Adriana Esposto
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Hoy, déjennos llorarlo. Porque habrá tiempo de sobra para hablar de sus contradicciones. Y se encargarán, tapas y titulares, de endiosarlo y demonizarlo hasta el hartazgo mientras siga siendo rentable. Y se amontonarán los buitres carroñeros alrededor de su cuerpo todavía tibio. Y se frotarán las manos porque el tipo les regaló otra primicia. Y no nos ahorrarán un centímetro de asco con el que tendremos que lidiar en medio de esta tonelada de tristeza. Pero aquí, en este patio chiquito en el que aprendimos a abrazarnos tanto. En estos rincones que, en tiempos de desidia absoluta, convertimos en refugio y trinchera, déjennos llorarlo. No nos enrostren las miserias del tipo desde el altar hipócrita del libre pecado del que ni uno solo de nosotros podría arrojar la primera piedra. No nos saquen la vara del feministómetro o el socialistrómetro para medirnos la coherencia a ver quién la tiene más larga. No nos escupan en la jeta sus costados oscuros que conocemos más que nuestras propias mierdas. Hoy no. Porque hoy no se murió el tipo. Hoy se nos muere un pedacito de país al que llora el universo. Hoy se nos muere ese dios sucio y pagano en que imprudentemente lo convertimos. Hoy se nos muere el ser que le pifió a tantísimas cosas menos al lado sur en que eligió pararse siempre, en la cancha y en la vida. Hoy se nos muere el pibito de potrero y el ser inmenso que nos regaló minutos de esos que se sienten como tocar el cielo con las manos. Hoy se nos muere un ícono de la contracultura que se impuso de manera irrefutable. Hoy se nos muere esa parte nuestra que tantísimas veces fuimos de su mano, cuando se le plantaba al poder y desafiaba a los nefastos que también detestamos. Hoy se nos muere el barrilete cósmico que adoptamos como rezo laico o como mantra. Hoy se nos muere un cacho de pueblo. Así que hoy, no. Y no es una imposición, es una súplica. Hoy, que el tipo va y nos regala la gambeta final de morirse el mismo día que el líder al que llevaba tatuado en cuerpo y alma y que encima andamos jodidamente faltos de abrazos, sólo déjennos llorarlo. Llorarnos. Que para endiosarlo o demonizarlo hay suficiente mundo afuera. Un mundo sin Maradona, que ya se siente definitivamente más feo.
El amor a D10s
FEMINISMO Y MARADONA
por Cecilia Ousset
Hoy es el día internacional de lucha contra la violencia hacia la mujer. Y muere Maradona. Y algunas feministas lo terminamos llorando.
Él, que hizo sufrir a Claudia, a Dalma y a Yanina. Él, símbolo del patriarcado, a quien le aparecían hijos de repente por cualquier lado.
Y Claudia con su aguante, con su amor, con su fortaleza. Mil oportunidades, Claudia. Mil besos y promesas, Diego.
Mil risas y llantos, Dalma y Yanina.
Recién terminamos de lagrimear con mis hijxs en la mesa. Ellos que nunca lo vieron hacer un gol.
Ellos que no estuvieron cuando los ingleses nos habían matado a los chicos en Malvinas y Diego nos vengó de un golazo en el Mundial.
Ellos que no entienden de alegrías nacionales con pelota de fútbol en medio del hambre y la tristeza. Ellos que sólo lloran una leyenda…
Leyenda porque no tenía miedo, porque era sobrenatural, porque pateaba lesionado (no como los de ahora que se cuidan porque valen no sé cuánta plata).
Leyenda porque no nos importa si estaba drogado o no, porque sabemos que todos los humanos queremos anestesia. Especialmente Maradona.
Maradona de los pobres, Maradona risa fácil, Maradona zurda (zurdo), Maradona contra la FIFA, contra los poderosos, contra los mercaderes del fútbol. Maradona D10s, Pueblo, Luces… Sombras.
Qué difícil no tener excesos, Maradona.
Quién sabe/supo hacer con tanto.
Con tanto éxito, con tanta exigencia, con tanta mierda.
Aquí entre llantos, mis respetos a Claudia, a Dalma y a Yanina. A las tres que les conocimos el nombre desde siempre. Por la boca de él, por los tatuajes de su cuerpo.
Porque siempre fueron sus amores. Como él supo/pudo.
Qué gran mujer sos, Claudia. Sin vos, Maradona fue un cuchillo sin filo.
Con vos, con tus hijas, volvía a nosotros. Al Pueblo Argentino.
Dicen que toda Frida Kahlo, tiene su Diego Rivera.
Yo digo que toda feminista, tiene su Diego Maradona.
Y con esas contradicciones, vamos a convivir. Hasta que ya no existan. Porque ese día de evolución, va a llegar.
Algún día, con mucho amor, con mucha lucha; va a llegar.
imagen de tapa: Maxi Romero Almenar, Santos profanos. “Alejandra”, “Soledad” y “Conty”, tres de ventidós retratos de personas apasionadas por Diego A. Maradona. Óleo pastel s/lienzo, 50 x 55 cm. 2012 (Colección del Gobierno de Tucumán)