POEMAS SILVESTRES ALDO TERNAVASIO (VOX/LUX)
Ilustrado con imágenes de la artista catamarqueña Claudia Martínez, hoy SinMiga presenta un breve ensayo de Ana Teitelbaum sobre el poemario de nuestro asiduo colaborador, Aldo Ternavasio. Un trío de amor y talento que nos complace compartir para el disfrute de todos y todas. Una buena noticia en los tiempos negros que nos toca vivir. Que lo disfruten.
POEMAS SILVESTRES
ALDO TERNAVASIO
(VOX/LUX)
un mapa para presentar POEMAS SILVESTRES*[1]
desde un rincón.
“no hay neutralidad táctil en nuestra escritura, siempre buscamos tocar o poner distancias con nuestras escrituras: creamos sensibilidades que tocan, rozan, aproximan o alejan.”
Es la voz de val flores alentándome, en este rincón del cuadrilátero desde donde hablo, escucho, y escribo. Un rincón como una porción completa de un ring, con toda su ecología, su atmósfera, su sudor y peligro. Es uno de los cuatro rincones que flotan, pivotan, navegan sueltos y desprendidos, orientándose en direcciones ineludibles. En este rincón en el medio de algo, en este entre, me acercan agua, reponen mis heridas, escucho, apenas, como puedo, voces que me proponen coordenadas a seguir.
…creamos sensibilidades que tocan, rozan, aproximan o alejan.”
Un olor a tinta serigráfica me estremece las manos y el gesto curvo me toma de espaldas. ¿Dónde empieza la escritura en este libro que se huele?, ¿dónde empieza este libro que avanza en rosa, ilumina en plateado, se desgrana en olores, suelta una obra y escribe, escribe, es-criba?
Escribe Aldo, y esas sensibilidades … que tocan, rozan, aproximan o alejan, funcionan yuxtapuestas, en asamblea, se mueven por los intersticios: no se estabilizan en un único modo de tocar.
En plateado “ALDO TERNAVASIO”, en negro “POEMAS SILVESTRES”, lanzarse de espaldas, perder la verticalidad y “Lux” abajo; bisagreando el lomo, se retrae el casi amarillo y la serigrafía se dobla en el hombro-solapa-brazo.
… que tocan, rozan, aproximan o alejan.”
Escribe Aldo y sigo el rastro de la traza de un apoyo. Percibo un tono de curiosidad, por mí, por vos, por nosotrxs lectores. Percibo un tono de apoyo, una curva de asiento que efectúa en mi este “ir hacia” sus poemas, apoyarme en sus poemas, inclinarme hacia ese algún lugar.
Si una libélula revolotea hacia una rama para posarse sobre ella, la rama no solo existe como una imagen percibida en su mundo, sino que también se destaca por un tono de sentarse, que la identifica entre todas las otras ramas.
Es la voz de aliento de Jakob von UexkulI con su noción de “mundo circundante de los animales” donde cada cosa percibida efectúa un poder de ser afectado.
Mientras Aldo pronuncia la curva de apoyo en su escritura, nosotrxs somos afectadxs por ese gesto y nos apoyamos. Y sucede que asistimos al mientras de su escritura. Un tono curvo que nos-hace-hacer alianzas presentes, en una falla temporal, un glitch entre los tiempos de escritura de Aldo y nuestros tiempos de lectura. Mientras Aldo escribe nosotrxs estamos leyendo; una falla temporal como un espacio de reunión. ¿cuándo empieza nuestra lectura en éste libro? ¿dónde termina la escritura de Aldo?
al libro. leo el poema III
Hay algo ambivalente en esta voz
es tuya y no lo es
es una multitud y es algo solitario
tiene y no tiene número
pasa por todos los reinos y las especies
se forma por resonancia entre cuerpos
sin centro
ni composición estable y definida
no tiene origen
por momentos sonora
por momentos visible
por momentos táctil
esta voz
palpa la parte oculta de tu tiempo
cada mañana
para que el día pueda comenzar
esta voz
te lee lo que el futuro
dejó tatuado en tu espalda
luego de que la intensidad
del último atardecer
se disolvió en tu memoria
Un tono de alianza, un libro de alianzas que funciona con alianzas, serigrafías, dibujos, tonos y texturas que respiran en sus propias y particulares intensidades.
Un libro de alianzas generadoras de otras y más cosas, que hojaldran la perspectiva curiosa que Aldo compone en su consola, en la que un devenir vital tiene lugar EN y A CADA PASO.
Intuyo que estas alianzas surgen de las mismas preguntas que pulsan la práctica escritural de Aldo: ¿cómo habitar con?, ¿cómo escribir con?
En esta suerte de disgregación del “yo”, como un gesto de DEJAR PASAR, HACER PASAR,
UBICAR RADARES,
CABLES,
DISTRIBUIR PUERTOS,
MARCAS, AGARRES y,
hacer hablar, hacer decir, hacer escribir,
hacerse a un lado haciéndose poroso.
Como quien soltó su invento y se escondió para que las cosas hagan cosas sin el pudor de su presencia. Y con un hilo ficcional desde su escondite, sigue el curso de las cosas en la que ya fuimos invitadxs a andar sueltas por ahí.
Intuyo que Aldo decide seguir la fuerza de su pensamiento para preguntarle ¿cuánto dura modulado, sostenido por su atención poética?; y se alía a ese grupx de filósofxs, artistas, escritores que escriben para pensar, inventar un futuro problemático, complejo y más vivible para muchxs. Ese desgranarse del “yo” desde donde escribe Aldo, comparte, se hojaldra con la necesidad de situarnos en esa degradación de la centralidad antropomórfica como “una tarea de volvernos capaces de dar respuesta de manera recíproca, en todos nuestros arrogantes tipos”, alienta en el rincón, Donna Haraway.
los movimientos
- Buscar el libro en el correo y llevarlo a mi casa.
- Abrir el sobre papel madera
- Sacar el libro de una bolsita transparente
- Dejar que el rosa capture mis dedos. Respirar con este gesto hacia atrás/sentir el olor de la tinta que comparten la curva del pelo y las letras del libro.
- Abrir el libro
- Seguir abriendo una solapa
- sacar la tarjeta con la serigrafía de Mondongo y Sergio Bizzio 104/300. Me detengo en este verde fascinante, una figura humana y dos aves reunidxs y cada una con su punto de vista o punto de ver. Ubico la obra en un atril de celular y participa de la escena de lectura.
Mientras repito esta coreografía, advierto que el libro dice POEMAS SILVESTRES, no dice POESIA SILVESTRE. Aldo se corre, se hace a un lado, hace una curva como la de la tinta negra, como el gesto de lanzarse de espaldas.
EL GESTO DE DEJAR PASAR, HACER PASAR, COMO EL GESTO ESCRITURAL DE POEMAS SILVESTRES. No sólo es esquivar ese lugar totalizante, ese ejercicio de una sola y única voz, de un yo-centro, sino dejar pasar una indeterminación, hacer espacio.
¿Cómo presentar un libro que hace espacios?
¿Cómo es posible éste libro que no aprieta a los poemas, que no limita lo escritural?
¿Cómo hace Aldo un libro dejándolo pasar?
¿Cómo hacer un libro justo, de justeza, a la escritura dada a componer aperturas y corrimientos?
Aquí hay un modo de manifestarse en SOLTURA, UN MODO DE ASILVESTRAR. Digo soltura porque no logro dar con el término apropiado. Apropiado/propio, soltar lo propio? Es de todxs, es silvestre: no domesticadx por lo humanx, sin domicilio.
Fondo de pantalla/
21 poemas silvestres/
II.Esto/
III.Sería mas fácil/
IV.Las cosas sueñan/
V.La conquista de lo mínimo/
VI.Cómo.
7 partes (capítulos sería lo propio) del libro. 7 nombres para 7 modos muy diferentes de vibrar en sintonías poéticas. 7 mundos como intemperies creativas que dan cobijo a los poemas, anunciadas en una hoja en blanco -no tan blanca- donde respiran, sueltos, los nombres de esos mundos silvestres y donde nosotrxs lectores, respiramos con ellos en un tono de pausa.
fondo de pantalla, Aldo practica un posible común, de comunidad, practica un posible nosotrxs y va de lo molecular a lo común y viceversa.
21 poemas silvestres. Aparecen con más claridad las SOLTURAS: lo que quiere el poema, lo que quiere la palabra, lo que quiere el sueño y lo que quiere la vigilia.
ESTO. Algo que digo sin decir, una araña. Cada poema hace una TURBULENCIA, cobra una velocidad propia, e inventa su propia revuelta y magnetismo. Como encendidos, actúan, generan movimiento entre palabras, entre oraciones, interlineados “temblando mecánicamente” latencia/dato/segmentos del cuerpo.
SERIA MAS FACIL. Los SI….LOS POSIBLES.
ni el bosque
ni el árbol
sino el espacio
en el que conviven
¿lo ves?
es eso.
En este posible se alían en la escritura tinder/píldoras e inteligencia artificial
LAS COSAS SUEÑAN.dejar a las palabras caer, una emoción ingobernable…..
LA CONQUISTA DE LO MINIMO. Una conquista del juego
COMO. El juego lanzado, una población de arquitecturas que se elevan, desplazan, asoman. Una palabra blanca sobre fondo blanco.
¿cómo?
¿Cómo presentar un libro deseado?
¿Cómo compartir esta felicidad desobediente que me produce leer a Aldo?
Durante la pandemia, en el 2020 y el 2021, los algoritmos de entonces nos traían desde la consola exquisita de Aldo, poemas. Nos pasaba algo parecido pero muy diferente a esto:
(en ocasión de la presentación del libro en el FILT, repartimos sobres entre los asistentes; los sobres fucsias contenían un poema silvestre impreso) un poema caía en mi mano.
Y a mí me pasó que se me abrió un rincón problemático, in-disciplinado, generador de cosas, donde hacen turbulencias las voces de Aldo: me dan aliento, me orientan, para seguir con el problema.
He deseado la reunión de esos poemas. He deseado meterme en esa asamblea que esos poemas instauran. He sentido con cada uno de los poemas una intervención en mi composición. Cada uno de estos poemas compone un espacio social ‘otro’ donde podemos reunirnos.
¿Cómo presentar este libro que es un espacio de alianzas para hacer otras y más alianzas con cosas que sueñan, con cosas insomnes, con gestos curvos, con una palabra blanca sobre fondo blanco, con lo que cuenta entre?
¿Cómo presentar Poemas Silvestres de una sola vez, en una sola noche o dos, si estamos ante una forma de convivencia extranjera como distantes prójimos?
¿Cómo presentar estos modos poéticos de un pensamiento ineludible, que hace pasar, que me lanza de espaldas y que tiene curiosidad por nosotrxs, lectores?
Ana Teitelbaum
San Miguel de Tucumán, Agosto de 2024
[1] adaptación para SIN MIGA del texto leído en la Presentación del libro Poemas Silvestres, en el marco de la 8° edición del Festival FILT (Festival Internacional de Literatura Tucumán), que tuvo lugar en el MUNT, el 20 de julio de 2024, junto a Soledad Martinez Succardi y al autor, Aldo Ternavasio.
Imagen de tapa: Claudia MARTÍNEZ, S/T. Carbón sólido y pulverizado recogido de los incendios de la reserva natural de Bejís, Valencia s/ lienzo de algodón. 180 x 120 cm. 2023