SOBRE LO QUE ENTENDEMOS POR VIDA

SOBRE LO QUE ENTENDEMOS POR VIDA
“Los tucumanos vivimos en una provincia “provida” en la que se mata a las travestis en los parques públicos, a las mujeres en los cañaverales y a los niños de un balazo en la cabeza a seis cuadras de la casa de gobierno”. (Fernando Korstanje)

> EDITORIAL

En plena democracia, la tradición progresista y libertaria de Tucumán no sale de su perplejidad. Efectivamente, el jueves 2 de agosto, nuestra provincia fue declarada “provida” por la H. Legislatura con una diferencia de treinta y nueve contra cuatro dignos votos que quedarán en los anales de la historia. Asimismo, en una multitudinaria manifestación por las “dos vidas”, el domingo 5 de agosto los tucumanos vimos marchar al Gobernador Juan Manzur y a su Vice, Osvaldo Jaldo, junto a Ricardo, el hijo del genocida Antonio Domingo Bussi.  Se respeta que tengan una posición contraria al proyecto de Ley para la Interrupción Voluntaria del Embarazo, pues se trata de convicciones de índole subjetiva y privada sobre las cuales nadie tiene derecho a avanzar. Sin embargo, desde sus cargos (políticos) nuestras máximas autoridades parecen ignorar que “las virtudes públicas no necesariamente coinciden con las privadas”, una de las principales máximas (políticas) acuñada en los albores de la modernidad. En efecto, al participar junto al titular de Fuerza Republicana, el partido provincial que reivindica el accionar de los militares, Manzur y Jaldo han atravesado un límite simbólico que hiere el corazón de una comunidad que, como la nuestra, fuera terriblemente golpeada durante las dos últimas dictaduras, a través de los operativos “Tucumán” e “Independencia”. Aquí la palabra “vida” a la que son tan afectas las organizaciones que se oponen a la IVE, paradójicamente adquiere una sombría dimensión porque no sólo se usa como argumento para consolidar el aborto clandestino, sino que se pone en boca (y Manzur y Jaldo lo permiten con el aval de su presencia), de quienes reivindican a viva voz el genocidio, por antonomasia, la negación de la “vida” en cualquiera de sus acepciones. Así, al impedir el aborto clandestino, el verdadero proyecto “provida” es la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo la cual impide asimismo que una parte de la sociedad imponga sus principios, creencias y valores a la otra, ya que la democracia sólo es posible cuando las ideas privadas negocian entre sí para dar lugar a lo público.

 


Fotografía: Florencia Lencina | “Mujeres por el Arte”